Pensamos. No dejamos de hacerlo. A veces, con suerte nos damos cuenta del rumbo de nuestra mente y conseguimos llevar el timón. Sí, pensar, es una manía que tenemos los humanos. Pensamos mucho y pensamos mal.
Quizás parezca que lo que escribo no tenga sentido, que estoy diciendo una barbaridad. Pero, – ¿Te has parado a preguntarte que te dice tu mente? ¿Sientes que la controlas? ¿A veces parece que tienes un disco rallado en la cabeza? Pues, no te engañes, a menudo TU MENTE TE MIENTE.
Esto es así porqué nuestra mente no es perfecta y posiblemente no está del todo educada. En el colegio aprendemos muchas cosas, otras tantas en casa, pero aprender a pensar bien, todavía es una asignatura pendiente.
Porqué hay formas de pensar mejor y peor y cuando pensamos mucho y mal el resultado a menudo es evidente en nuestro estado de ánimo, en nuestra poca capacidad para solucionar conflictos, en no ser capaces de tomar decisiones.
Primera pregunta que puedes hacerte. ¿Dónde estás? No solamente en lugar donde tienes tus pies ahora, ¿Por donde anda tu mente? A veces tenemos nuestros pensamientos en el pasado (Recordar es una cosa, quedarse atrapado en bucle durante días por una frase que nos dijeron o que dijimos en una reunión de trabajo es otra, mucho menos adaptativa). Podemos ir a comprar el pan y que la dependienta nos conteste de mala manera y al salir de la panadería nuestra mente empiece a bombardearnos con preguntas inútiles del tipo:
-¿ Le he dicho algo que la molestara? ¿Cómo se puede ser tan borde? ¿Cómo puede trabajar de cara al público gente así? ¿Le hubiera tenido que contestar? ¿Pensará que no tengo sangre? BASTA!!!. No sabemos que le pasaba a la panadera, o sea que nuestra mente puede dejar de ocuparse de este tema porqué ya empezamos a notar a nivel de malestar emocional ¿frustración, ira, vergüenza quizás?
Otras veces nuestros pensamientos se van de excursión al futuro a sufrir. Sufrimos por lo que pueda pasar. Por cosas poco probables. Nos vamos entrenando para lo que pueda pasar y mientras tanto, sufrimos por cosas que no ocurrirán nunca. Aquí el lenguaje preferido de nuestro pensamiento son las frases catastróficas que empiezan tipo: Y si….
Y si me despiden del trabajo, y si me separo, y si.. Podemos añadir todo aquello que nos de miedo hasta el infinito.
Y el problema es que mientras estamos en el pasado o el futuro, la vida pasa, el presente corre y nos quedamos atrás. Ese ir y venir en la máquina del tiempo nos resta vida, vivir plenamente en aquello en lo que estamos ahora mismo.
No te ha ocurrido en ninguna ocasión ir a por algo al baño o a la habitación y al llegar (Quizás unos segundos de tiempo) no saber qué estamos haciendo allí. ¿Dónde estaba tu mente?
Segunda pregunta que puedes hacerte: ¿ Mi mente me miente?
Nuestra mente es una gran aliada. No seríamos lo que somos como especie sin ella. Pero, los humanos compartimos a menudo algunos errores que en psicología cognitiva se denominan distorsiones cognitivas:
- Pensamiento todo-o-nada – Interpretar las situaciones y personas en términos absolutos, usando las palabras “siempre”, “nunca”, “todos”, cuando su uso no está justificado por los acontecimientos propiamente. “Todos los jefes son iguales”
- Sobregeneralización – Tomar casos aislados y generalizar su validez para todo. Si una amiga me decepciona ” No se puede confiar en nadie. Todo el mundo es egoísta”
- Visión catastrófica: Se espera al desastre, se temen consecuencias terribles.. “Y si” .. : Nuestro hijo no llega a la hora prevista y a los cinco minutos pensamos ” Y si lo han secuestrado, Y si lo atropellaron, y si…”
- Descalificar lo positivo – Continuamente echar abajo experiencias positivas, por razones arbitrarias. Pasamos un día genial en la playa, pero empieza a llover cuando nos marchamos: ” Un desastre de día. Vamos a la playa y llueve, menudo gafe”
- Saltar a conclusiones – Asumir algo negativo cuando no hay apoyo empírico para ello .Dos subtipos han sido identificados: – Lectura de pensamiento – Presuponer las intenciones de otros.- Adivinación – Predecir o “profetizar” el resultado de eventos antes de que sucedan. Vemos a la pareja cuando llegamos a casa y nos parece que tiene un semblante serio . “Vaya plan, pues no tiene nada de ganas de verme. Seguro que ya no le importo y querrá pedirme un tiempo”
Estas son algunas de las trampas de la mente. Se han descrito muchas otras como el pensamiento emocional (pensar en función de como nos sentimos y no sobre lo que ocurre), la Personalización (pensar que lo que hacen los demás tiene que ver con nosotros sistemáticamente) y otras tantas…
Pensar siguiendo estas dinámicas afectará de forma negativa a nuestra autoestima y nuestra capacidad de relación. Conocer lo que nuestra mente nos dice “Nuestro discurso interno” y ponerlo en duda es una buena forma de empezar!