El cuerpo de la mujer, a pesar de estar expuesto, pintado, deseado, admirado, cosificado.. sigue estando envuelto de mitos y de cierto desconocimiento. Este es caso de los genitales femeninos, que nuestra cultura e historia ha intentado borrar del mapa corporal.
Esto es cierto hasta el punto que si pedimos a un grupo de mujeres que dibujen sus genitales en un papel, van a tener mucha más dificultad y dudas que si representan los masculinos. Alguien podrá pensar “Claro, pero es que están escondidos”.. Bueno, más escondido está el corazón, los pulmones y los riñones y desde pequeños aprendemos a identificarlos, conocerlos y dibujarlos.

La imagen de la derecha es el clítoris, denominación que procede del griego antiguo κλειτορίς, por lo que no se trata claramente de un nuevo descubrimiento.
Las épocas posteriores de la historia no fueron generosas con él. Desde convertirse en foco de tratamiento de la histeria hasta ser un gran enemigo para Freud, que defendió que las mujeres que disfrutaban con su estimulación eran como mínimo inmaduras, inclusive neuróticas.
Ahora sabemos que, a pesar de los esfuerzos por negar la evidencia y los tabúes que le han acompañado:
- El clítoris tiene como única función proporcionar placer. Es el responsable del orgasmo femenino, a pesar que puede estimularse desde distintos ángulos.
- Se trata de un órgano que se extiende varios centímetros (entre 9 y 11 de media)
- Al igual que le ocurre al pene, tiene erecciones. La excitación sexual provoca que se llene de sangre y se hinche. También implica cambio de color.
- La parte externa del clítoris tiene una alta sensibilidad ( consta de más de 8000 terminaciones nerviosas)
- Tiene mayor capacidad de recuperación ( de aquí la capacidad de producir más de un orgasmo en un corto periodo de tiempo)